Las barreras de las pymes para seguir siendo competitivas en la Industria 4.0

¿Cuáles son los principales obstáculos a los que se enfrentan las pequeñas y medianas empresas para no quedarse atrás con la llegada de la conocida como Cuarta Revolución Industrial?

La implantación de un nuevo modelo de fábricas inteligentes, o smart factories, en las que los datos y la comunicación juegan un papel trascendental, ha dado lugar a un nuevo paradigma del sector industrial. Esto es lo que se ha bautizado como Industria 4.0.

En este nuevo entorno, las pequeñas y medianas empresas se enfrentan a nuevos retos para no perder posicionamiento frente a sus competidores. Estos desafíos se materializan en forma de obstáculos de diversa índole.

Barreras tecnológicas

Algunas de las principales dificultades con la que se encuentran las pymes a la hora de afrontar su evolución digital son aquellas derivadas del alto grado de desarrollo tecnológico que implica la Industria 4.0.

Aún existen lagunas de conectividad en muchas regiones geográficas. Aunque nos encontramos a las puertas de la tecnología 5G, sigue habiendo muchas zonas alejadas de los grandes núcleos urbanos o, incluso, en el extrarradio de algunas ciudades, donde la cobertura es escasa o no alcanzan recursos como la fibra óptica.

Según un informe realizado por la consultora Deloitte para el Centro de Estudios de Telecomunicaciones de América Latina sobre IoT para el sector empresarial de la región, es necesario una mejora en la cobertura de banda ancha, móvil y fibra, así como en la velocidad de dichas conexiones. También se centra la atención sobre la necesidad de establecer más servidores seguros disponibles.

Barreras de inversión

Los empresarios son conscientes de la relevancia que tiene implantar las nuevas tecnologías en sus procesos productivos. Prueba de ello es la encuesta realizada por la consultora Xertica “Estado de la transformación digital en Latinoamérica”, en la que participaron 100 directivos de empresas con sede en América Latina.

Los resultados de esta encuesta ofrecen datos interesantes, como que el 90.4% de los directivos indicaron que sin un proceso de transformación digital no podrían seguir siendo competitivos.

Pese a esta concienciación sobre la relevancia de los procesos digitales y el reconocimiento de que su adopción ha supuesto una mejora de resultados de ventas y productividad, sigue habiendo un déficit en cuanto a inversión:

  • El 36,6% afirmó que en los últimos años ha invertido menos del 10% de su presupuesto anual en tecnología.
  • El 33,33% señaló que su inversión oscilaba entre el 10 y el 20%.
  • El 14,9% invirtió entre el 21 y el 30%.
  • El 15% aporta más de un 30% de inversión en recursos tecnológicos.

Barreras regulatorias

Desde el punto de vista legal, la regulación de los aspectos tecnológicos involucrados en la Industria 4.0 siempre ha ido por detrás del avance en la misma.

A pesar de ello, países como la República Dominicana han sido pioneros en Latinoamérica en la implantación de leyes sobre transformación digital. Algunas de las que podemos destacar son:

Añadido a estas barreras legales, también merece la pena mencionar la necesidad de definición de estándares por parte de los diferentes desarrolladores tecnológicos, de forma que la adaptación digital sea mucho más fácil de llevarse a ejecución.

Para resolver la problemática de la estandarización, organizaciones como la Organización Internacional de Normalización (ISO) y la Comisión Electrotécnica Internacional (IEC) llevan años trabajando en la redacción de normas referidas a las distintas vertientes de la Industria 4.0, como la ciberseguridad, conectividad y robótica, entre otras.

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Barreras humanas

Aunque estemos metidos de lleno en una época en la que las tecnologías están omnipresentes, no debemos dejar de lado el factor humano como variable fundamental para tener una perspectiva global y completa de la situación.

Ejemplo de ello es que el hecho de que las máquinas vayan adquiriendo cada vez un mayor protagonismo puede tener repercusiones psicológicas en los trabajadores, que pueden llegar a sentirse desplazados, un actor secundario que no es más que una extensión de la tecnología.

No debemos olvidarnos de ciertos aspectos demográficos, como el hecho de que el envejecimiento de la población complica poder encontrar personal especializado para el manejo de estas tecnologías, ya que, por norma general, este tipo de trabajador suele estar representado por personas más jóvenes.

Desde el punto de vista de los recursos humanos, debemos ser conscientes de que aún queda mucho por hacer en lo que a formación en nuevas tecnologías se refiere, a lo que habría que añadir el alto coste económico y de tiempo que supone formar adecuadamente a la plantilla.

Los cambios en las empresas fruto del uso de nuevas tecnologías pueden resultar apabullantes en muchas ocasiones, sobre todo para pequeñas y medianas empresas cuyo margen de maniobra para adaptarse suele ser menor.

Una de las soluciones cada vez más consolidadas es el uso de servicios en la nube, que aligeran costes, son escalables, están en actualización contínua, son fácilmente integrables con otros servicios e-business y tienen incluso en ocasiones un importante grado de personalización, como las soluciones de Viafirma.

En el caso de Latinoamérica podemos apreciar una brecha digital que, con la colaboración conjunta de empresarios e instituciones, debe estrecharse. Según un estudio de Naciones Unidas, únicamente 5 países latinoamericanos se encuentran en el grupo de los 50 más digitalizados del planeta.

Para solventar estas diferencias podemos volver a tomar el ejemplo de República Dominicana, que desde 2016 mantiene vigente su proyecto de República Digital. Dicho proyecto se plantea metas en diferentes ámbitos sociales, como la educación, el acceso de la población a internet, el sector productivo y aquellas referentes a Gobierno Abierto.

Queda claro que las pymes deben realizar un esfuerzo considerable para mantener su fuerza competitiva con la llegada de la Industria 4.0. Esfuerzo que se traduce en multitud de cambios en sus métodos de trabajo que afecta a todas las ramas de la empresa. Un camino que ya están recorriendo y que les deparará beneficios que compensarán con creces este período de transformación digital.